martes, 15 de febrero de 2011

El pensamiento

Una limosna para el pensamiento
una pobre limosna a esa desdicha
que alguien nos regaló seguramente
sin caer en la cuenta de que un día
no íbamos a saber qué hacer con el regalo.

Una limosna para el pensamiento
para esta desazón que nos acosa
que pregunta sin tino ni medida.
Pero nadie responde no hay respuestas.

Una limosna para el pensamiento
un óbolo para la incertidumbre que nos cubre
una ayuda un auxilio una palabra.

Francisca Aguirre. Historia de la anatomía (2010).

lunes, 14 de febrero de 2011

Muerte de la petenera

En la casa blanca muere
la perdición de los hombres.

Cien jacas caracolean.
Sus jinetes están muertos.

Bajos las estremecidas
estrellas de los velones,
su falda de moaré tiembla
entre sus muslos de cobre.

Cien jacas caracolean.
Sus jinetes están muertos.

Largas sombras afiladas
vienen del turbio horizontes,
y el bordón de una guitarra
se rompe.

Cien jacas caracolean.
Sus jinetes están muertos.


Federico García Lorca. Poema del cante jondo (1931).

sábado, 12 de febrero de 2011

El azahar

A Almudena y Francisco Díaz de Castro

De noche,
el contrabando
que la brisa promueve,
repentino,
ha empujado su aroma hasta mi cama.

Duele en perfume el mundo,
el mundo duele
en su delicadeza clandestina.

Hay un cañaveral,
escoltado de adelfas y cipreses,
que lleva a los naranjos por lo oscuro.
Cerca del mar.
Mi carne lo conoce.

La vida,
tan impune,
nos ciñe a la garganta un nudo de pena.

Esta furtiva noche enamorada
traspasa el corazón
con su espina de bálsamo y venenos.

Duele en perfume el mundo,
el mundo duele
con su fragancia equinoccial tan íntima.

Carlos Marzal. Fuera de mí (2004).

viernes, 11 de febrero de 2011

Fecha de la memoria

Grandes placeres en la ciudad del limo y la marea
sobrevivieron a raíz de las explosiones.
Acaso esperada fuese la terrible sinrazón de lo irascible,
cuando el tumulto abriera
la vieja costumbre recelosa del dolor ya olvidado.
Por eso se lanzaron, en una masacre popular,
hacia las playas.
Allí cavaron hoyos para el buscador de ovas,
para el buscador de nácar y coquinas,
para el joven que cultivó algas en días de asueto
y murió virgen como la mar;
hoyos para el rastero oculto en noches de almejas,
del cálido mar, fuente del mar
sin bóvedas de los hospitales,
mientras las cuadrillas de voluntarios al desastre
recogían los últimos gozadores del festín
ebrios de amor, cantando.

José María Velázquez. Ritos (1971).

miércoles, 9 de febrero de 2011

El calambre del mundo

Contémplalo, padécelo, disfruta;
no temas, que el dolor
es efímero también;
la luz se nos concede y se nos niega
con la misma vehemencia.

Siente sin fin el calambre del mundo,
cambia de fe, de disfraz, de premisas,
que no hay nada veraz y todo es cierto
y un grito es un susurro de repente,
y por fortuna el mundo
se está acabando ahora, mientras duermes.

Leopoldo Alas. La condición y el tiempo (1992).

martes, 8 de febrero de 2011

Lugar de paso

De vez en cuando la mirada sabe
que mira a ningún sitio; que el paisaje
total de lo vivido
tan solo fue paisaje de la memoria
(y el corazón un palabra escrita).
Por eso uno termina señalando
la última página de cada libro
con la tristeza artificial de alguna
lágrima urdida y se descarga
como quien lanza desde el coche
señales con la luz de largo alcance
por una carretera sin servicio.

La curiosidad
de las camas de hotel, a mediodía,
se parece al afán del usurero
en un barrio de pobres de ciudad;
el trazo
de un bolígrafo azul nos restituye
el horizonte de una edad lejana
y el cenicero exhibe la vergüenza
pública de su oficio.

Un lugar
de paso para el sueño, con su tinte
nocturno de concierto y de movida,
su papelera para la rutina
de andar siempre hacia un lado
definitivo
y esa línea imaginaria
que toca los extremos de la carne.

Javier Cano. Lugares para un exilio (2002).

lunes, 7 de febrero de 2011

Su sueño toca

Traste de ámbar por su sueño toca
y tiene en dura corona regodeo.
Botacillas, a lebrel y pájaro convoca
dulce verano de pinta y festoneo.

La hoja de oro, de tu cielo gota,
trocada en nuevo sueño deletreo.
En esta altiva hoja pronto agota
las mismas de malva y errante paladeo.

Por donde quiera, en hojas, tu albedrío,
hasta en el mar creciendo tu corona
y en cada hoja la estación de gloria

abre un castillo al ciervo del estío.
Y el más celeste junio vuelve y perdona
llamas al viento, nieve a la memoria.

José Lezama Lima. Enemigo rumor (1941).

viernes, 4 de febrero de 2011

[Como brisa de ahorcado]

Como brisa de ahorcado
mandrágora en exilio musgo ávido
abatimiento de carroña purísima
responsorio novena santo incólume y río
crecido en su condena
a dónde iré
mañana de predizas solas
segadores de avaras parihuelas
se cruzan con mi canto de ida
las dolorosas reaparecen muy tristes en las epidemias
y el trébol retrocede a donde sé
qué alergia de escrituras apaleadas
qué daño dañador
qué muerto
qué distancia en mi nuca
qué vuelo yerto cuaja en mi agonía
De golpe
todos los niños se alinean
la espantada milicia de las aves emigra más al sur
aquí entre llares reconozco mi tizne más amada
el traje de mi infancia de lobo
puesto que nuevo a solear sobre el celeste prado
aquí me dejaré agredir
volcado
sobre arenas y naipes
indefenso
querido
sordo
humano

José María Bermejo. Epidemia de nieve (1972).

jueves, 3 de febrero de 2011

Impuestos

Aumentas los impuestos,
pagas la lentitud de los escribas,
pules las armas de los fanfarrones
y celebras banquetes
en honor de los dioses
que encarecen el precio
de la carne en la plaza.
Nuestro ejército vuelve
derrotado y tú aumentas los impuestos.
Obras como el pastor avaricioso
y necio que confía
en obtener el doble de la lana
esquilando dos veces a la oveja.

Juan Carlos Suñén. Un hombre no debe ser recordado (1992).

miércoles, 2 de febrero de 2011

Prólogo

Recorrer las bifurcaciones de los días,
teniendo como meta
la conclusión que es punto de partida,
y es sólida y presente
en cada recodo del camino. Conformar
la línea nunca recta de una vida que avanza,
según su propio orden, siempre hacia delante.

Pero las almas que han sido torturadas
parten de más lejos,
su verdad
se bifurca en el inicio;
antes de la placenta, antes del mundo.

Vidas de días desordenados,
trazando un camino sin sentido.

Rebeca Álvarez Casal del Rey. Suponiendo la cicatriz como posibilidad de la herida (2010).

martes, 1 de febrero de 2011

Fue al pasar

Yo creí que tus ojos anegaban el mundo...
Abiertos como bocas en clamor... Tan dolientes
que un corazón partido en dos trozos ardientes
parecieron... Fluían de tu rostro profundo

como dos manantiales graves y venenosos...
Fraguas a fuego y sombra tus pupilas!... tan hondas
que no sé desde dónde me miraban, redondas
u oscuras como mundos lontanos y medrosos.

¡Ah, tus ojos tristísimos como dos galerías
abiertas al Poniente!... Y las sendas sombrías
de tus ojeras donde reconocí mis rastros!....

Yo envolví en un gran gesto de horror como en un velo,
y me alejé creyendo que cuajaba en el cielo
la medianoche húmeda de tu mirar sin astros!

Delmira Agustini. Cantos de la mañana (1910).